Los padres de Cristina Esquivel una geriatra a la que han encontrado estrangulada en su piso de Madrid contratan al detective Arturo Zarco para que encuentre al asesino. En realidad lo que esperan es inculpar a Yalal el albanil marroqui con el que estaba casada Cristina y que ahora tiene la custodia de la hija de ambos. Zarco es un detective muy poco convencional; cuarenton gay y aun estrechamente ligado a Paula su ex mujer a la que cuenta y con la que discute por telefono las vicisitudes de la investigacion y hasta los pormenores de sus fascinaciones eroticas. Pero bajo la superficie de las charlas tras el relato de ir y venir de vecinos sospechosos y de presuntos implicados la conversacion telefonica entre el detective y Paula se convierte en un pretexto para la dominacion y la venganza para el dano que se quieren infligir dos personajes que se odian se aman se necesitan y se repelen. Hasta que el forcejeo dialectico entre Zarco y Paula queda de repente interrumpido por el diario de la enfermedad de Luz una de las vecinas de la geriatra asesinada y madre de Olmo el jovencito que fascina y perturba a Zarco.