No trabajo y no tengo jefe, un estado que para muchos serÃa el ideal (y por supuesto lo es). Tengo libertad y la disfruto, eso me permite tener tiempo para estar con mi familia, con mis perros, con mis amigos, con un buen libro, etc.
Esa es mi primera propuesta: hagas lo que hagas en este momento, tienes que abrazar la ley del mÃnimo esfuerzo.
Todos los que han hecho esto -animados por mis seminarios o libros-, están gozando de la vida, con mucho tiempo libre y con todo el control de sus negocios. Ahora es tu turno, pero primero debes eliminar esa creencia limitante que te impulsa a trabajar de la manera tradicional, es decir, trabajar como todos lo hacen.
Vivimos en una sociedad que nos obliga acumular horas de extenuante trabajo para que seamos tomados en serio en el ámbito laboral, pero eso es absurdo, ya que siguiendo ciertas estrategias podrÃas hacer más, trabajando menos.