Desde su caÌrcel madrileña, en una carta a su amante MimiÌ la Garce, el rey Francisco I de Francia rememora la batalla en que fue derrotado y preso en Italia por las tropas de Carlos V.
Un relato irreverente y muy divertido sobre la Batalla de PavÃa de 1525.
«Querida MimiÌ, mon amour:
Unas veces se pierde y otras se deja de ganar. AquiÌ me tienes, voilaÌ, de turista forzoso en Madrid. Como te lo cuento, oye. QuieÌn me ha visto y quieÌn me ve. Un Valois por parte de padre, nada menos, imagiÌnate el cuadro, con mi prosapia, alojado forzoso en una torre que llaman de Los Lujanes, en Madrid, prisionero por la cara —by the face, que diriÌa mi primo Enrique VIII— con ese cabroncete de Carlos, emperador de los alemanes y de los españoles y de la madre que los parioÌ a todos, que asfixiado me tienen entre el norte y el sur, visitaÌndome cada tarde para chotearse entre tapices gobelinos y mucho vuesamerced, primo, hermano, monarca franceÌs y toda la parafernalia. "EstaÌis en vuestra casa, rey cristianiÌsimo", dice el chuloputas, con un rintintiÌn, o como se diga, que me quema la sangre azul hasta volverla negra, como si esto fuese otra cosa que una cochina mazmorra...»