Primera entrega de la nueva y trepidante trilogÃa de aventuras de #RickRiordan: «Magnus Chase y los dioses del Asgard», basada en la mitologÃa nórdica.Los dioses vikingos han despertado.
Magnus tiene en sus manos el secreto que puede detener el fin del mundo.
Pero ese mismo secreto también puede destruirle.
Magnus Chase siempre ha sido un chico con problemas, ha vivido solo en las calles de Boston esquivando tanto a la policÃa como a los ladrones.
Un dÃa, una nueva sombra se suma a sus perseguidores: su misterioso y hasta entonces desconocido tÃo Randolph, que le revela un secreto imposible: Magnus es en realidad el hijo de un dios nórdico. Los mitos Vikingos son reales. Los dioses de Asgard están preparándose para la Gran Guerra. Trolls, gigantes y criaturas horrendas se entrenan para el Ragnarok, el fin del mundo.
Con la ayuda de Sam, una valquiria que lo odia en secreto, y del enano Blitzen y el elfo Hearthstone, ambos fugitivos, Magnus viajará por los nueve mundos en busca de la única arma que puede detener el Ragnarok: una espada legendaria perdida hace miles de años...Y en el camino tendrá que tomar la más difÃcil de las decisiones. Porque a veces, para salvarse, es necesario morir.
ENGLISH DESCRIPTION
Magnus Chase has seen his share of trouble. Ever since that terrible night two years ago when his mother told him to run, he has lived alone on the streets of Boston, surviving by his wits, staying one step ahead of the police and truant officers.
One day, Magnus learns that someone else is trying to track him down—his uncle Randolph, a man his mother had always warned him about. When Magnus tries to outmaneuver his uncle, he falls right into his clutches. Randolph starts rambling about Norse history and Magnus’s birthright: a weapon that has been lost for thousands years.
The more Randolph talks, the more puzzle pieces fall into place. Stories about the gods of Asgard, wolves, and Doomsday bubble up from Magnus’s memory. But he doesn’t have time to consider it all before a fire giant attacks the city, forcing him to choose between his own safety and the lives of hundreds of innocents. . . .
Sometimes, the only way to start a new life is to die.
