En el pueblo de Ainiellle ya solo quedan Andres y Sabina. Poco a poco el matrimonio se ha visto obligado a contemplar como los demas habitantes, espoleados por la miseria o por la promesa de un mundo mejor, han abandonado gradualmente las duras condiciones de vida. Una noche Andres descubre a Sabina ahorcada en el molino. Ahora ya no queda nadie que pueda acompanarle a sobrellevar el peso insoportable del pasado.