Natalya tiene una vida perfectamente ordenada. Ha conseguido el trabajo que siempre habÃa soñado y tiene unas amigas estupendas. La única pega es que no tiene novio y por mucho que lo intentaba no conseguÃa al hombre de sus sueños. ¿Era demasiado exigente? Puede, pero estaba en su derecho. Aunque sus amigas consideraban que la conocÃan lo suficiente para encontrar al hombre que encajara en su vida, ¿debÃa arriesgarse? Mira que tenÃan gustos muy distintos y podÃa llegar a salir con hombres que ella ni mirarÃa dos veces. Pero el premio era demasiado tentador…