En Santidad (1879), J. C. Ryle muestra que el pueblo de Dios adquiere santidad cuando cree y obedece las Escrituras en su vida cotidiana. Explica el significado bÃblico de “perfecciónâ€, el controversial capÃtulo siete de Romanos, la doctrina del Cristo que permanece en nosotros, la relación entre consagración y conversión y la necesidad de que los que quieren ser santos “velen, oren y luchen†. Al igual que los grandes pensadores puritanos, de quienes toma libremente sus enseñanzas, no ofrece ninguna manera fácil de alcanzar la vida cristiana en su expresión más elevada. Su anhelo a lo largo del libro es práctico y persistente: Que la santidad personal aumente grandemente entre el pueblo de Dios.